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CNE mantiene monitoreo de más de 135 deslizamientos en todo el
país

- En
Costa Rica, al menos un 60% de su territorio es vulnerable a
deslizamientos
- La
CNE tiene identificadas zonas que, por sus características, presentan
una mayor probabilidad de deslizamiento
San José, lunes 5 de octubre de 2020. Debido a factores como la lluvia, sismicidad y
topografía del lugar, los deslizamientos se vuelven cada vez más comunes en
esta época del año. Debido a esto, la Comisión Nacional de Prevención de
Riesgos y Atención de Emergencias en conjunto con los Comités Municipales de
Emergencias mantienen un monitoreo constante en más de 135 deslizamientos en
todo el territorio nacional que permanecen activos y podrían generar
afectación en la población.
La mayoría de estos deslizamientos se encuentran en
zonas urbanas dentro de la Gran Área Metropolitana. Otra parte de ellos se
ubican en lugares como Turrialba, Pérez Zeledón, Tilarán, Quepos, Zona de los
Santos, Golfito, Corredores, Coto Brus, entre otros.
Según el geólogo de la CNE, Lidier Esquivel, "en
Costa Rica, al menos un 60% de su territorio puede estar vulnerable a
deslizamientos que se ven acelerados por factores propios tales como,
composición geológica, pendiente, sismicidad cercana, y condición climática
adversa, hay que sumar también factores humanos como la mala canalización
de aguas o las construcciones en terreno peligroso y otros".

Aunque un desplazamiento de tierra puede darse en
cualquier parte del país, existen zonas que por sus características presentan
una mayor probabilidad de deslizamiento como son, algunos
sectores de Desamparados, Acosta, Puriscal, la Zona de los Santos, Pérez
Zeledón y Turrialba. En algunos de
estos sitios, una práctica común es el corte en los terrenos y la utilización
de rellenos de suelo mal compactos, sumado a malos manejos de agua, lo que
incrementan las probabilidades de generar un deslizamiento a largo plazo, puntualizó
Esquivel.
A lo largo de los años, algunos deslizamientos han
requerido la rápida acción del cuerpo técnico de la CNE como lo han sido los
deslizamientos en El Tablazo en Higuito de Desamparados, en Alajuelita el
deslizamiento de los Mangos y la Cascabela, el deslizamiento de Copey y San
Isidro de Dota, también el deslizamiento de Potrerillos en el sector de
Acosta y el más reciente, Valladolid en Desamparados.
Los esfuerzos se enfocan en la disminución de los
daños en la infraestructura y prioritariamente la población, por lo tanto,
cuando existe una alerta por un posible deslizamiento, se evalúa, estudia y
monitorea el lugar para despuésestablecerun lumbral de peligro.

La coordinación con el Comité Municipal de Emergencias
y la comunidad afectada es vital para tomar medidas de vigilancia,
alertamiento y control, sobre todo en época lluviosa.
Las acciones pueden variar según cada escenario, debido
a la complejidad técnica y los recursos necesarios. Por ejemplo, en el deslizamiento en Abrojo
en la zona de Corredores, la CNE hizo un canal de drenaje que permitió
direccionar la carga hídrica de una laguna y eso ayudó a la estabilización general
de la masa de tierra, al permitir una condición de riesgo manejable, sin embargo,
no siempre con una obra se puede controlar la amenaza y deben tomarse medidas
aún más drásticas, como la reubicación de población agregó Esquivel.
Además, se han presentado importantes deslizamientos
producto de eventos de origen natural como el deslizamiento en el año 2010 en
el sector de Lajas en Escazú que fue producto de las fuertes lluvias
ocasionadas por la Tormenta Tropical Tomas, así como los habituales
deslizamientos en la ruta 32 en el tramo que usualmente comprende desde el
túnel Zurquí, hasta Río Sucio, cuando se dan
fuertes lluvias en el sector.
Señales de un posible deslizamiento
Antes de un deslizamiento, existen diferentes
advertencias como la ruptura en la superficie en forma de grietas que se
abren con el pasar del tiempo. Además,
se presentan algunas evidencias indirectas en la infraestructura como, por
ejemplo, cuando se traban las puertas y ventanas, vidrios que se rompen y
paredes que muestran fisuras, inclinación de árboles o tendido eléctrico,
ruptura de tuberías de aguas y alcantarillas entre otros.
Ante alguna de estas manifestaciones, la población
debe solicitar asesoría técnica en la Municipalidad a la que pertenece para valorar
la condición de riesgo y salvaguardar a vida humana.
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