Más de 125 áreas susceptibles a deslizamientos son monitoreadas por la
CNE

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En Costa Rica, al menos el 60% del
territorio es vulnerable a deslizamientos
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La CNE mantiene un monitoreo constante
en más de 125 deslizamientos en el país
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Comités Municipales y Comunales de
Emergencia colaboran en la vigilancia
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En lo que va del año, se han
registrado más de 880 incidentes por deslizamientos
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Más de 500 radios digitales son la vía
de comunicación directa con las comunidades e instituciones
San
José, sábado 16 de julio de 2022.
Durante la época lluviosa, aumenta el número de deslizamientos en todo el
país, esto se debe a factores como la
topografía, la sismicidad, la pendiente, apertura de caminos y la mala
planificación urbana. Ante esto, la Comisión Nacional de Prevención de
Riesgos y Atención de Emergencias mantiene una constante vigilancia a más de
125 áreas que presentan deslizamientos en importancia, o que, por diversas
características, son susceptibles a estos desplazamientos de suelo que pueden
significar un peligro para la población.
En
lo que va del año, la CNE ha recibido el reporte de más de 880 incidentes por
deslizamientos, la mayoría de estos deslizamientos se encuentran en zonas
urbanas dentro de la Gran Área Metropolitana en cantones como Desamparados,
Puriscal, Alajuela y Aserrí. Otra parte de ellos se ubican en lugares como
Turrialba, Pérez Zeledón, Tilarán, Acosta, San Vito, Golfito, Siquirres, Coto
Brus, entre otros.
Según
Lidier Esquivel, jefe de la Unidad de Investigación y Análisis del Riesgo de
la CNE "los deslizamientos son a nivel histórico, los desastres que más vidas
cobran. Por esto, es importante estar conscientes si vivimos en un lugar con
deslizamientos para tomar las medidas necesarias y estar atentos a las
señales que pueda presentar.
Aunque
un desplazamiento de tierra puede darse en casi cualquier lugar del país, ,
existen zonas que, por sus características, presentan una mayor probabilidad
de deslizamiento, como son algunos sectores de Desamparados, Acosta,
Puriscal, la Zona de los Santos, Pérez Zeledón y Turrialba entre otros, donde
una práctica común es el corte en los terrenos y la utilización de rellenos
de suelo mal compactos, sumado a malos manejos de agua, lo que incrementan
las probabilidades de generar un deslizamiento a largo plazo.
Estos
deslizamientos son monitoreados mediante puestos de vigilancia permanente.
Algunos
de los deslizamientos que más afectaciones generaron y que son monitoreados
constantemente son: Deslizamiento El Tablazo en Higuito de Desamparados, en
Alajuelita el deslizamiento de los Mangos y la Cascabela, el deslizamiento de
Copey y San Isidro de Dota, también el deslizamiento de Potrerillos en el
sector de Acosta y el deslizamiento en Valladolid en Desamparados, entre
muchos otros.

En
estos lugares, el personal técnico de la CNE evalúa constantemente a estos
deslizamientos por medio de las visitas de campo que realizan periódicamente
y en las que utilizan herramientas como los drones para sobrevolar las zonas
vulnerables.
Antes
de un deslizamiento, existen diferentes advertencias como la ruptura en la
superficie (grietas), , puertas y ventanas que se
traban, vidrios que se rompen y paredes que muestran fisuras, inclinación de
árboles, tendido eléctrico, ruptura de tubería de aguas y alcantarillas,
retumbos, entre otros.
Aliados
estratégicos: Comunidad, Comités Municipales y Comunales de Emergencia
El
enlace de esfuerzos es de vital importancia para no perderle el pulso a los
deslizamientos. Por eso, a nivel nacional, se cuenta con más de 90 Comités
Municipales y Comunales de Emergencia que ayudan en la labor de vigilancia
con más de 500 puestos de radio distribuidos en todo el país y que mantienen
una comunicación constante con la CNE, procurando un accionar rápido y
oportuno, con la misión de salvaguardar la vida humana.

Además,
con el objetivo de que las comunidades puedan organizarse, realizar divulgaciones,
crear chats de información y conformar brigadas, se trabaja con los Comités
Municipales y Comunales de Emergencias en la elaboración de sistemas de
alerta temprana y educación sobre gestión del riesgo.
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